Me siento guiri

Después de unos días de vacaciones en los que no hemos echado de menos el tiempo de España (por lo visto hemos sido bastante afortunados por esta vez...), y en los que he tenido que comprar crema solar de protección 40 para Jimena que, a pesar de todo ha cogido algo de colorcito, me he dado cuenta de que ya no disto tanto de esos guiris a los que miraba extrañada en la Plaza Mayor de Salamanca.
Aparte de que ayer tuvimos que ir "de urgencia" a comprar alguna camiseta de manga corta y una cazadorilla de entretiempo, esta mañana me he descubierto a mí misma caminando por la calle en manga corta, cual guiri o en este caso autóctona, porque seamos serios, guiris, guiris son todos, no sólo los de los calcetines blancos y las sandalias, que de esos también hay aquí, sino también los de la cerveza en la mano y el barrigón por delante, ¡ah! y la camiseta sin mangas en pleno invierno, porque aquí a la menor están "boiling".
En fin, que parece que yo también soy guiri, y lo he descubierto a tiempo para avisar (daos por enterados), creo yo, porque cuando vayamos a España nos va a dar un algo. Parece que mañana "excepcionalmente" llegaremos a los 18ºC, así que habrá que echar mano de las camisetas de tirantes, ¡madre mía! ¿Quién lo diría? ¡Yo me sentía hoy como si estuviéramos por encima de los 25ºC! Tengo el termostato estropeado por lo que se ve, y habrá que ver si esto tiene arreglo, porque este verano... ¡me derrito en Salamanca!
Jimena también ha renovado su vestuario. Hemos retirado el saco de forro polar de la sillita y hemos aparcado, al menos de momento, el abrigo y el gorro para dar paso a la cazadora y las falditas. Con la renovación me he dado cuenta de la cantidad de ropa que tiene, y no se yo si tendrá tiempo de ponérsela toda, vamos, que le tendré que poner al menos dos modelitos al día, porque sino, habrá ropa que no llegará a estrenarse.
Bueno, que como hoy por fin nos han arreglado la tele, me voy a verla un rato. Hasta otro día.