viernes, 26 de octubre de 2012

Creando seres sin sentimientos

Hoy vengo del cole indignada y con el corazón encogido.

Muchos sabéis que Aldara tiene días en los que llora y no quiere ir al cole, y días que lo lleva mejor. En general, nunca se había dado el caso de que no quisiera entrar, vamos, ponerse a la fila con sus otros 24 compañeros. Eso si, tenían que darse una serie de factores, el principal de ellos, que fuera Arancha, su profe, la que la colocase en la fila. Y de ahí se iba, todavía lloriqueando, pero no hacia ademán de escaparse de la fila, sino que asumía que ir al cole era su trabajo, y para allá tiraba.

Esta mañana, sin embargo, no había manera. Se ha puesto a llorar amargamente, se negaba a ponerse a la fila, no quería en el medio, no quería al final, no al lado de una, ni de otra, vamos, que no, que no y que no. Mientras intentaba negociar con ella, le he preguntado si le parecía bien entrar de la mano de Arancha (con una mano agarra al primer niño de la fila, pero la otra la tiene libre), y ha aceptado, le he pedido que dejara de llorar y lo ha hecho, mientras caminábamos al principio de la fila para consultar con Arancha.

Ahí ha llegado la sorpresa, y ha sido como un bofetón en los morros. No puede llevarla de la mano porque algunos padres han protestado porque llevaba a los niños que lloraban de la otra mano, y no les parece bien. Que tipo de padres son esos que prefieren ver llorar a un niño que aun no tiene ni 3 años con tal de que no le de la mano la profe? Que sensibilidad estamos transmitiendo a nuestros hijos? He de decir que, a día de hoy, el día que más, lloran 3 niños, aunque habitualmente suelen ser uno o dos (o ninguno), osea, que los puede llevar perfectamente de la mano…

Me parece indignante que nos regocijemos de la angustia de un pobre niño que lo único que quiere es pasar de la mano de su madre, a la de la persona que lo va a cuidar en las siguientes 3h y media. Sin embargo, vengo observando que este es el trato que se les prodiga, en general, a los niños en este país, casi dándoles palos con la excusa de que así aprenden, y me da taaanta pena… porque estos niños son nuestro futuro, estos seres insensibles, o a los que “obligamos” a reprimir sus emociones cuando ni siquiera son capaces de entenderlas y procesarlas, estos son los que el día de mañana tendrán hijos, los que nos visitaran cuando seamos abuelitos, y será esto lo que vean normal. Espero que entonces a nosotros, también nos parezca normal.