El viernes cuando fui a buscar a Jimena a la guarde me encontré con que ella no quería venirse a casa. Bueno, de primeras sí, cuando me vio gimoteó un poquillo como suele hacer, pero no se bajó del balancín donde parece ser que llevaba cerca de 10 minutos (y eso, para los que sabéis como es mi hija es muuuucho tiempo).
Total, que la tuve que coger para llevarla a su clase a echarle las gotitas en los ojos (tiene sticky eyes, más comúnmente conocido como legañas...) y por supuesto se enfadó muchísimo mientras le eché las gotas y mientras le cambié el pañal, pero en cuanto terminé y la puse en el suelo, salió pitando. Era snack time, así que los 4 peques que quedaban en la clase estaban ya sentaditos en sus sillitas para comerse lo que sea que tocase en ese momento, y Jimena debió pensar, oye, que yo también quiero el snack, y allí se puso a esperar. Cuando vio que eran pasas no le hizo demasiada gracia, así que le dieron un cracker y ella, ni corta ni perezosa y sin hacerme caso alguno, se fue a comerse su cracker sentadita en una colchoneta. Pensé yo que cuando terminase ya gimotearía otra vez para que ya nos fuésemos a casa, pero no, cuando terminó con su cracker se puso a dar de comer a sus compañeras!! Si, si, aunque parezca increíble (yo me quedé pasmada viéndolo), Jimena se plantó delante de una niña, Kayla, cogió una pasa de su montoncito, se la puso en la boca y se agachó con una sonrisa de oreja a oreja a comprobar que Kayla ya estaba masticando. Como Kayla ya estaba masticando, se fue a ver que tal iba Amber, que estaba un poco perezosa con las pasas de su montón, e hizo lo mismo, cogió la pasa, se la puso en la boca (si, las niñas la abrían la boca, lo mismo es que no es la primera vez que lo hace...), comprobó que masticaba y volvió otra vez a empezar. Vamos, que después de darles un par de pasas o tres a cada una (mas alguna otra que no acertó a meter en la boca y se les debió colar por la camiseta), cogió una pasa y vino directa hacia mí, ohhhhhhhhhh y yo odio las pasas!!! Menos mal que a medio camino decidió que era mejor dejar la pasa en el cajón de los juguetes por si acaso el lunes se veía con hambre :-D
Yo no salía de mi asombro, pero su cuidadora, Maria, me dijo que lo hacia habitualmente, incluso intentaba darle de comer a ella, y si no era con la comida, con cualquier otra cosa, ayudando a levantarse del suelo a una de sus compañeras que aun no camina bien del todo, o consolando a alguna que se haya caído después de ayudarla a incorporarse (digo yo que como lo de pagarle un sueldo igual es demasiado pedir, al menos nos deberían hacer un descuentillo, que tener a Jimena es un desahogo para las cuidadoras cuando hay mucho trabajo, no?).
Vamos, que si algún día nos va mal aquí en Dublín, al menos Jimena ya ha aprendido un oficio, eso que hemos ganado ;-D
1 comentario:
¡Qué punto!
A este paso acabará siento la "mamá" de todos sus compis :-)
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