Anoche, después de unas 8 horas de viaje llegamos a casa, el viaje no se nos dio nada mal, Jimena se durmió una siestita en el coche y el resto del camino fue jugando tranquilamente, luego en el aeropuerto merendó dos veces y en el avión se durmió practicamente todo el camino, y menos mal, porque estaba que se caía de sueño la pobre. Las maletas tardaron siglos en salir (Ryanair es una autentica mierda en todos los sentidos, para facturar un completo desastre, para embarcar nos tuvieron haciendo cola casi otra hora y encima salimos con retraso, luego lo de las maletas... ¡no volvemos a volar con ellos!), y luego había bastante cola para el taxi, aunque por suerte ésta iba rapidita. Llegamos a casa y fue bajar a Jimena de su silla y agarrarse ella a la pata de su trona para ponerse a hacer caca, que graciosa, siempre que vamos de viaje se pasa el día sin hacer caca, y en cuanto llegamos a casa, zas!, la hace, será que ya conoce su casita...
Se acostó tarde para ella, pero se durmió bien y esta mañana no ha perdonado y a las 8 estaba en pie, ¡que le vamos a hacer!
Hoy hemos empezado a ajustarle su horario con el de la guardería, que es completamente diferente a lo que llevamos haciendo todo este tiempo, pero no ha parecido importarle. A las 10 y media estábamos en la calle yendo hacia Tesco, y a las 12, de vuelta en casa, ha comido y se ha acostado la siesta. Ha caído en menos de 5 minutos, porque estaba reventada. A ver si ahora duerme más por la noche, porque en la guarde nada más que la acuestan una siesta y ella venía haciendo dos, así que, además de acostarse más temprano, (como a las 8 y media pensamos), tendrá que dormir más, porque sino a las 6 de la tarde estará ya muertita de sueño.
De momento lleva ya 2 horitas durmiendo, que en principio son las que le acuestan en la guardería, pero me imagino que si está dormidita la pobre, no la despertarán y la dejarán dormir más. ¡Al menos eso espero!
En fin, que ya iremos dando detalles de nuestra nueva vida, de cómo nos ha cambiado la rutina y de si nos gusta o no, porque a mí lo de madrugar ya os anticipo que no me hace ni pizca de gracia. Espero que a Jimena le guste ir a la guardería, de momento le encantan los niños, aunque también le dan un poco de miedo cuando se acercan a tocarla, que es un poco miedosilla ella, pero bueno, se acostumbrará enseguida. Me imagino que será a mí a la que le cueste un poco (o un mucho) más.
Disfrutaremos de nuestra última semana de madre e hija a tiempo completo. La verdad es que me ha gustado esta experiencia, ¡un año con Jimena da para mucho!
1 comentario:
¡¡¡Que mona con la velita!!! Supongo que el próximo cumple ya lo entenderá más y os pedirá regillos jeje. Y ahora a disfrutar de la última semanita! Un abrazo Cristina (VLC)
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