Cómo pasa el tiempo...

Ya va más de una semana sin escribir, creo que nunca había estado tanto tiempo, pero es que estoy muuuuy cansada. Jimena duerme cada vez peor, se despierta, bueno, creo que ni siquiera se despierta, se pone de pie y cuando se da cuenta de donde está, o cuando se da cuenta de que no sabe dónde está se pone a llorar como si se fuera a acabar el mundo. Y eso son tooooodas las noches (menos dos) y toooodas las siestas (menos cuando papi duerme con ella, claro), al menos una vez, si no son más. Lo peor de todo es que la pobre se pone tan nerviosa que calmarla se convierte en la cosa más difícil del mundo, y está que se cae de sueño pero no es capaz de volverse a dormir de lo nerviosa que está. De momento estamos intentando poner remedio, a ver que tal nos va.
Por lo demás hoy he recibido una llamada para confirmar mi asistencia a una entrevista de la que no tenía idea, parece ser que la carta convocándome se debe haber perdido en el camino, así que, a pesar de pillarme desprevenida he dicho que por supuesto que iré. Será el próximo martes a las 15:45h (hora local, por supuesto), acordaos de mí para entonces ;-) La verdad es que he "aplicado" para tantos trabajos que ya ni me acuerdo de qué va este, pero es en un centro de investigación en alimentos con muy buena pinta y el puesto es de "microbial biotechnologist", me lo deberían dar, ¿no?
He prometido la receta de las patatas revolconas a Fredi pero tendrá que ser otro día, que Jimena se acaba de despertar (y así me la he encontrado cuando he llegado a la habitación, como veis en la foto). Lo siento, Fredi, paciencia, que un día de estos la pongo...