martes, 7 de octubre de 2008

Cuando un amigo se va...

Siempre que vienen amigos a vernos disfruto como un enano. Posiblemente no hagamos mucho turismo, lo más seguro es que no planeemos grandes aventuras, pero lo que está claro es que todo eso lo suplimos con unas largas y profundas conversaciones. Hablamos de la vida, de cómo nos fue, de cómo nos va, de cómo nos irá en el futuro. Apenas nos vemos a lo largo del año, así que intento exprimir cada minuto, cada segundo, cada instante. Es por eso que siempre que puedo los voy a recoger al aeropuerto. Y es por eso que después los llevo de vuelta. Simplemente me gusta estar con ellos, sentir el “contacto humano”, algo de lo que carecemos todos a día de hoy. Sin embargo, este “infatigable contacto” tiene un pero. Las despedidas son tristes y siempre siento un vacío, un nudo en el estómago.

Dicen que a los amigos los eliges. Supongo que así será, aunque en mi caso supongo que también hubo algo de fortuna. Fortuna por encontrarme con personas tan genuinas. Probablemente, visto desde fuera, todos mis amigos hayan logrado el tan aclamado “éxito profesional”. Yo no lo creo. Su éxito radica en la defensa de sus principios. Por eso disfruto cada vez que los veo. Suelo pensar que las palabras “compromiso”, “sacrificio”, “esfuerzo” y “lealtad” desaparecerán algún día de nuestro diccionario. Ellos me hacen recordar que todavía se puede luchar por ello. Y sé que a pesar de todo, seguiremos intentándolo.





3 comentarios:

alberto dijo...

es inevitable al estar fuera sentir nostalgia (lo mismo que sentir hartazgo o saturacion de estar siempre en el mismo sitio y con la misma gente _el moverte fuera trae ventajas y desventajas, es lo que hay)_.
Y el dia que se acaben esos valores que nombras apaañados vamos.
Uno que os lee alguna vez (no muchas la verdad).
Disfrutad del buen timepo y mas suerte si cabe por ahi arriba.
venga bye bye.

Anónimo dijo...

Buenas!!

Me siento totalmente identificado con lo que comentas y en nuestra experiencia en Dublin con vosotros, precisamente lo que mas agradable ha sido compartir con vosotros unos cuantos dias y esos ratos de conversacion que nos hemos echado.
El contrapunto como siempre es la tristeza de la despedida y la sensación de vacio.

Espero que en diciembre podamos tomarnos unas cervecillas y seguir conversando.

Un abrazo!!!

KIKI

Anónimo dijo...

La semana pasada se volvieron los amigos de Miguel, que también son amigos míos y tuve un bajón. Nunca me había dado tan fuerte y eso que les veré en navidades pero esa sensación de vacío fue bastante más dura que otras veces.