viernes, 21 de diciembre de 2007

La cara amarga de la vida

Esta mañana cuando he llegado al trabajo, mi penúltimo día de trabajo, bueno, de venir al trabajo, porque trabajar no es que vaya a trabajar mucho, pero si dejar ordenados mis documentos y demás, en fin, que hoy al llegar al trabajo me he encontrado con 2 sorpresas, la primera muy agradable. Me han citado en la oficina de mi supervisora (de la mas directa, no de la superjefa) y me han dado unos regalos de despedida, mi cara ha debido ser un poema, porque no me lo esperaba... Me ha hecho mucha ilusión, y era justo antes del café, así que nos hemos ido todos a la cantina a tomar el coffee y a comer de paso los bombones que he traído por ser mi casi ultimo día.
Cuando he llegado a la cantina me he encontrado con la mas amarga de las sorpresas. Algo totalmente inesperado y que diría que me ha dejado poco menos que en estado de shock. Una de mis compañeras, con la que en las ultimas semanas empecé a tener una relación bastante estrecha, ha sido encontrada muerta en su casa después de 2 días sin venir al trabajo. Os podéis imaginar mi cara cuando me lo han contado, si antes había sido un poema cuando me habían dado mis regalos, en este momento creo que me he quedado completamente pálida y sin saber como reaccionar.
Sandra era suiza, había tenido un novio español unos cuantos años, así que la encantaba el buen jamón serrano a pesar de ser vegetariana y estaba aquí en Irlanda haciendo tiempo mientras le corregían la tesis aprendiendo cosillas nuevas para hacer frente al futuro en la investigación. Era una chica mas bien callada, al menos de primeras, pero en cuanto cogía confianza era de lo mas agradable y simpática. Pensareis que eso siempre se dice de las personas que han fallecido, pero en este caso lo digo de corazón y la verdad es que, para el poco tiempo que he estado aquí en Ashtown, he corroborado mi teoría de que entre los extranjeros que viven fuera de sus países las relaciones se hacen muchísimo mas intensas, y tengo un nudo en la garganta que apenas me permite contener las lágrimas pensando en Sandra. Tenía 26 años y estaba llena de vida.
Desde lo mas hondo de mi corazón escribo estas lineas en tu memoria.

You can shed tears that she is gone,
Or you can smile because she has lived.
You can close your eyes and pray that she’ll come back,
Or you can open your eyes and see all she’s left.
Your heart can be empty because you can’t see her,
Or you can be full of the love you shared.
You can turn your back on tomorrow and live yesterday,
Or you can be happy for tomorrow because of yesterday.
You can remember her and only that she’s gone,
Or you can cherish her memory and let it live on.
You can cry and close your mind, be empty and turn your back,
Or you can do what she’d want: Smile, open your eyes, love and go on.

Sandra, donde quiera que estés, descansa en paz.

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