El lunes repetimos pediatra, porque a Jimena le salieron unos granitos en una pierna, sospechamos que de un calor al que no está acostumbrada. Le miro también otros que tiene en la cara y que allí, con el sol, como que se le secaron y aquí con el viento se le ponen peor. Si es que tenemos para todos los gustos, jajaja
El martes por la tarde nos fuimos al pueblo y allí hizo fresquete, pero se paso el frio invernal del lunes al menos. Eran las fiestas y el tío Fer era mayordomo, así que teníamos la casa “llena” de visitas, pero bueno, Jimena se porto como una campeona y a pesar de tener a los dulzaineros tocando debajo de la ventana no se despertó.
En estos días hemos visto como el vocabulario en español de Jimena ha ido aumentando exponencialmente y entre paque, patou, chicha, yaya y abuelou fue añadiendo algunos nombres, como el de la tía Ana y Jessy, madre mía, la pobre le cayó en gracia y no hacía más que llamarla (chisi o chesi, más bien) y de perseguirla, jajaja, pobre, la tenia frita!!
La fiesta gorda fue el miércoles por la noche, y papa Jorge la aprovecho, como otros que no voy a nombrar, para pillarse una señora castaña… (igual esto me lo censuran…), mientras Jimena y yo dormíamos… plácidamente (o no tan plácidamente, pero dormíamos). El jueves, con esos cuerpos que tenían todos, menos nosotras que estábamos diviiiiiiiiiinas, tuvimos una comida familiar. El menú incluía (por dar otro poco de envidia con las comilonas) entremeses ibéricos (de la tierra, por supuesto), langostinos (que aun estaban congelados), sorbete de limón y cochinillo asado, un poco más seco que otras veces, pero que, a juzgar por la cantidad que comió Jimena estaba bastante aceptable.
El viernes por la mañana nos acercaron a coger el ave a Madrid. Llegamos a Córdoba y hacia un calor de muete. La verdad es que íbamos con el tiempo más bien justo para ponernos guapos para la boda de David y Mariló. Subimos al hotel a dejar la maleta, bajamos a la calle un segundin y me cagó una paloma en el pantalón, el único que llevaba por supuesto (genial, buena suerte, eso dicen ). Subimos a ducharnos y nos marchamos a la iglesia caminando. Craso error, porque que dolor de pies!!! En el camino tuvimos que comprarle agua a Jimena porque no llevamos su bolsa (craso error también…) y llegamos justo, justo cuando la novia entraba en la iglesia. Menos mal!! Jimena flipaba mirándola. Iba guapa, guapiiiiiisima, como era de esperar, claro, jajaja.
Bueno, y aquí comienza el show. Cuando el cura nos manda poner de pie Jimena se nos escapa por debajo del banco y se va a hacer caca a una esquina. Guay, y nosotros sin pañales. Jorge se va al hotel a buscarlos llevándose las toallitas en su bolsillo (lo único que se me ocurrió meter, que desastre). Vale, pues ahora va Jimena y vomita, genial también!! Así que sin toallitas, ni kleenex ni nada de nada imaginaos la papeleta. Al menos, y por ver algo positivo, ella no se manchó, a mí un poco en el corpiño, pero nada, no se veía.
Me salí a la puerta con ella porque pegaba unas voces de órdago y no hacía más que correr de un lado a otro (de la emoción, digo yo), mientras trataba de evitar las cagadas varias de palomas que hay por todo el suelo, y que podía obviamente barrer con mi vestido. Jorge llega cuando ya había acabado la ceremonia, normal. Asi que en un banco en mitad de la iglesia nos pusimos a quitarle el pastelón a Jimena... De camino al hotel no quería caminar, no me extraña, yo tampoco y llegamos, la cambiamos de pañal, de ropa y tal y la doy el bibe. Jorge se va porque se acerca la hora de la cena y no quiere llegar otra vez al final y Jimena decide hacerse caca otra vez. Guayyyyyyyyy, puede pasar algo más??? Po zí.
Como habíamos tenido que reorganizar la habitación para poder colocar la cuna en un sitio medio decente, pues no había lámparas de mesilla, así que a oscuras la tuve que cambiar, para que no se desvelase. Que estressssssssss.
Cuando se duerme me voy a cenar al cuarto de baño. Lamentable, pero a ver qué hacía, no iba a encender la luz y ya sabéis cómo es una habitación de hotel, no hay más sitio...
Como aun quedaba rato por delante, aun podían pasar más cosas… y pasaron, claro.
Miro mi móvil y no hay señal, lo enciendo y se apaga, repetimos operación… mmmm mismo resultado, resumiendo: ha mueto. La batería y la tarjeta flotaban entre babas de Jimena (si, a quien se le ocurre dejarle el móvil a una niña de 2 años…), así que pienso mientras lo seco que igual con el secador… pero la verdad es que no tiene buen aspecto.
Ya solo quería acostarme, asi que eso hice, me acosté pensando que mañana seria otro día, y seguro que mejor, peor no puede ser, jajaja, pero evitando las palomas por si acaso!!! El sábado bien, desayunamos y dimos un paseo por la ciudad y después de la siesta salimos otra vez. Compre un móvil cutrecillo, pero que funciona y estuvimos un rato con el novio (ya marido), porque la novia estaba hecha polvo la pobre, si es que el matrimonio no puede ser bueno, jajajaja. El domingo de vuelta a casa empezamos como siempre. En el ave vomitó 2 veces, la cambiamos entera de ropa y se quedó dormida en el metro yendo al aeropuerto. No cogimos taxi para evitar más mareos, pero estaba claro que no abandonábamos nuestra rutina de viajar con la toalla en la mano.
En el aeropuerto menos mal que nos dejaron facturar una maleta de mas (que majos los de Iberia), que si no nos da algo. Estuvimos un rato en la guarde de la T4 y genial, el vuelo bien, durmiendo todo el tiempo, porque iba muertita la pobre y cuando cogimos el taxi a casa otra vez vomitó.
Si es que hay cosas que no cambian, pero no hay nada como volver a casa…
En resumen, lo hemos pasado muuuuuuuy bien, hemos visto a la familia, a los amigos y nos traemos un buen sabor de boca (hubiera querido que fueran más dias, porque la verdad es que descansar, he descansado poco), pero ha sido un poco estresante el ir de un lado para otro, sobre todo teniendo en cuenta como lleva Jimena lo de los viajes. Peeeeeeeeeero, ya estamos en casa y volviendo a la rutina...
1 comentario:
Juer, sí que os ha cundido, sip.
Saludos!
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