Un año
ya desde que la pequeña de la casa llego a nuestras vidas, un año desde que
nuestra familia se completó con su llegada, y un año lleno de emociones y
viviendo sin parar un solo minuto. Evidentemente, y como siempre solemos decir,
compensa. Compensa, a pesar de estar muertos de sueño y cansancio desde hace un
año –mejor dicho desde hace 10- porque Jimena, Aldara y Fabiola son lo mejor
que hemos hecho.
Fabiola
es un bichillo, es vivaracha y curiosa, supongo que el hecho de tener dos
hermanas mayores la hace estar más espabilada y tener inquietudes que, para mí,
¡no son normales para su edad! Corre, salta, trepa, sube escaleras como una
escopeta y es muy resuelta, sobre todo para lo pequeña que es. También su
lenguaje parece ir por delante del de sus hermanas a esta edad, no es lo mismo
escuchar solo a mama y papa que tener a las dos cotorras siempre a tu lado, ¡hay
que competir con ellas!
En fin, estamos encantados, ¡que vamos a decir! ¡Felicidades bombonchi! Un año más para el recuerdo, y ahora, ¡a por el segundo!