Lo que me faltaba por ver en este país, lo he visto hoy.
Esta mañana he ido al centro de Santander con las niñas, por
dar una vuelta, que los días se hacen muy largos, y nos hemos cogido el autobús.
Como Jimena se sigue mareando bastante, la he acomodado en un asiento mirando hacia
delante, mientras que Aldara y yo nos hemos sentado en uno en dirección contraria
a la marcha (ella en mi regazo), para dejar libre el otro para otro pasajero.
Jimena iba, concretamente, en el asiento que hay a la
entrada del bus, en la fila que no va detrás del conductor, un asiento que es
individual. Aldara y yo, sin embargo, íbamos en uno de los que están señalizados
como para personas mayores o con dificultades de movilidad (asientos rojos),
pero teníamos a Jimena cerquita por si necesitaba algo.
A medio trayecto, y cuando aun quedaban asientos rojos libres
(y de los otros, pero todos en sentido contrario a la marcha), se ha subido en la
parada una señora mayor, de estas emperifolladas hasta las cejas, con su
permanente y su bolso bien agarrado y se ha acercado a Jimena a decirla (que no
pedirla por favor) que se bajase de ese asiento que era para personas mayores.
Jimena no ha dicho ni pío y se ha empezado a levantar.
Yo ya estaba dispuesta a decirle que no lo hiciera, que había
asientos libres de sobra para la señora en cuestión, pero la chica sentada en
el asiento detrás del conductor se me ha adelantado. Muy amablemente le ha
dicho que había otros asientos libres, que además estaban señalizados para
personas mayores, no como el de Jimena,
pero que no obstante, ella le dejaba el suyo porque la niña se podía caer si la
hacia bajarse del asiento e iba bien sentada en un asiento normal.
Podéis suponer que las únicas “gracias” que se han escuchado
han sido las mías, porque la señora ni se ha inmutado, se ha sentado y listo, y
ni siquiera se ha girado cuando hemos hablado, la chica y yo, de la mala educación
que gasta la gente mayor, que se creen que tienen derecho a todo. A la pobre
Jimena, por supuesto, no le llegaba la camisa al cuello…
Joer, que me pidan a mi, un adulto, que me retire de un asiento si está reservado para ancianos, vaya y pase, pero a un niño?
Joer, que me pidan a mi, un adulto, que me retire de un asiento si está reservado para ancianos, vaya y pase, pero a un niño?
Me parece indignante, de verdad, la poca educación que hay,
en general, en España, donde, ya lo he dicho en otras ocasiones (como en el
tema de la conducción, los cruces y las rotondas), la edad del individuo es
inversamente proporcional a su educación. Con lo fácil que es decir por favor y
gracias…
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