Vacaciones otoñales

Volver a reunirse con amigos es siempre algo muy agradable, y más si es para celebrar una boda, aniversario o un mix de ambos, como fue el caso de nuestras pequeñas vacaciones en Cambados.
Las vacaciones empezaron unos días antes, de hecho, cuando Bea, Fredi, Irene y Alicia pasaron por Salamanca a comer y pasar la tarde con nosotros. Jimena llevaba ya varios días pensando en la visita de Irene, así que, aunque yo tenía mis dudas sobre cómo se desarrollaría su encuentro, finalmente todo fue sobre ruedas. Jimena e Irene se achucharon nada más verse como si hubieran pasado juntas el día anterior, we are best friends decían ;-)
El martes, las vacaciones continuaron con la visita de los txemas. Bea, Txema y Alan, que tenían previsto pasar con nosotros un par de días. Con los txemas visitamos Salamanca (Aldara y yo, que la otra mitad de la familia tenía que trabajar), nos tomamos un chocolate con churros/porras y disfrutamos de los enanos, que jugaron muchísimo juntos. Juntos, juntos a lo mejor no es la palabra más adecuada… estar, estaban juntos, pero más bien se quitaban los juguetes que otra cosa. Como ya dije en el post anterior, Aldara espabiló mucho con Alan, pero por desgracia otra cosa que aprendió de él es a chirriar los dientes!!!! Bueeeeno, igual no lo aprendió de él y es sólo casualidad ;-)
Las vacaciones continuaron en el Parador de Cambados, donde llegamos el viernes por la tarde en nuestro flamante coche nuevo (por si alguien no lo sabía aun, hace un mes nos compramos un Seat Altea XL beige con el que estamos la mar de contentos). Allí nos esperaban muchos de nuestros amigos de Dublín, algunos que aun siguen allí y otros que ahora viven en Zurich o en España, como nosotros.
El parador estupendo, comimos de lujo, a ver, en Galicia, que se puede esperar, charlamos, nos pusimos al día de nuestras vidas y los niños se lo pasaron de miedo, jugando en el parque, en las habitaciones… vamos, en todas partes.
En resumen: el fin de semana fue estupendo, el tiempo, envidiable, y la compañía no podía haber sido mejor…

¡10 meses!

Nuestra pequeña Aldara cumplió ayer su décimo mes de vida. Después de unos días con Alan, ha espabilado mucho (que remedio...).
A ver, que tengas competencia para conseguir los juguetes es muy duro, pero con Alan más bien es como una batalla perdida si tienes poca movilidad, así que no le quedó otra que empezar a moverse.
No gatea, de momento, pero por lo que se ve le quedan un par de telediarios para empezar a ser un peligro por la casa. La verdad es que está la mar de graciosa... ¡no es porque sea nuestra!
Y me voy, ¡que me reclama!

¿hasta cuándo?

Google maps ha lanzado street view en Irlanda, así que ni corta ni perezosa me he dispuesto a dar una vuelta por nuestro antiguo barrio, nuestra casa, la casa de Juanjo, Gema y Laia, la guarde de Jimena... El resultado ha requerido un paquete de tissues.
Nota mental: aparcar el mirar fotos por otra temporada, pero, ¿hasta cuándo?
Miedo me da mi estado el próximo lunes...